miércoles, 31 de diciembre de 2008

Sol Invictus

Como todos sabemos, lo de que Jesucristo nació en invierno es un mito comparable a lo de que Ben apareció en el desierto después de mover la isla. Sesudos señores con mucho tiempo libre han cotejado la Biblia –en la que no aparece ninguna fecha- y han llegado a la conclusión de que, por las ropas que visten los personajes de la novela, si estuvieran en invierno se les deberían estar quedando los pezones congelados. Y, como no se habla de eso, se ha llegado a la conclusión de que el Rey de los Judíos nació (si nació) allá por junio o julio.

La base de celebrar su nacimiento el 24 de diciembre está en un oscuro pasaje de los Evangelios que dice que nació seis meses que su primo Juan Bautista cuya madre, a su vez, se puso de parto en no se qué fiesta de la cosecha que se celebraba por el solsticio de verano, es decir, el 24 de junio. Aun suponiendo que todo eso fuera cierto, qué puntería nacer justo seis meses después que el primo, ni un día antes ni un día después. Ni Chuck Norris, oiga.

Realmente todo esto es tradición posterior inventada. En principio los cristianos eran una secta perseguida y no debía notarse mucho que celebraban sus fiestas. Solución: hacerlo a la vez que las fiestas imperiales, como el Sol Invictus o las Saturnalias, celebradas en el solsticio de invierno para festejar que desde entonces el sol se va haciendo más fuerte. Y ahora llega lo divertido: hoy en día una tendencia neopagana sostiene que hay que abolir la irracional fiesta de Navidad para sustituirlo por el Sol Invictus, fiesta mucho más racional (¿¿??) porque celebra un acontecimiento científico como es el solsticio.

¿Perdón? ¿Qué tiene eso de más racional que el culto al Multiplicador de Panes y Peces? Aparte de que la fiesta en tiempos romanos nunca fue ninguna clase de acontecimiento científico (se adoraba a dioses como Gabal o Mitra, personajes con la misma base científica que el Conversor de Agua en Vino)... ¿por qué coño necesita el sol que celebremos nada? El solsticio una cosa que pasa, punto. Si lo conmemoramos como acontecimiento científico, es mejor idea que festejemos la gravedad, que pasa todos los días, y así vivimos en un estado de fiesta permanente. O a lo mejor lo que pasa es que mucha gente necesita quedar como ateísima pero no quiere privarse de las comilonas, el turrón y los regalos bajo el Árbol del Solsticio.

A esa gente yo les digo algo: tranquilos, hace mucho tiempo que la Navidad dejó de ser una fiesta religiosa. Celébrenla sin problema.

viernes, 26 de diciembre de 2008

Patead a Gasta Claus!

Por si alguien no se ha enterado, anuncio oficialmente que es Navidad. Esa época del año en que las ciudades se visten de lucecitas, la gente se vuelve hogareña y solidaria, y en la que los pobres, parece, hacen más feo por las calles que en cualquier otra fecha. Gasta Claus ha traído a mi casa, haciendo caso omiso a la moda de los botones y las pantallas táctiles, unas cariocas para mí y unos palos chinos para mi hermano (bastones del diablo, nunca mejor dicho, ya ha roto un jarrón con ellos). Mientras tanto, la televisión continúa acosándonos con publicidad de colonias que nos harán tener maravillosas experiencias sexuales, coches que nos harán tener maravillosas experiencias sexuales, bebidas alcohólicas que nos harán tener maravillosas experiencias sexuales, y juguetes que, finalmente, harán que tus hijos sean los niños más felices y más mejores del mundo entero. Sean felices, pues. Lo material lo puede todo.

Así que despreocúpense. Dejen de pensar en si esto, lo otro, o aquello de más allá está a punto de acabarse o va a hacer reventar el mundo. Qué más da, si usted ya no estará aquí para verlo ni sufrirlo, en su defecto. Preocúpese de usted mismo, faltaría más, que quién lo va a hacer si no. Empápese del espíritu de la Navidad. Le recomendamos empezar por el primer pasillo de la derecha. Nuestros estilistas le buscarán el look que mejor vaya con su personalidad, de entre los 15 de nuestro catálogo, al grito de "¡Sea usted mismo!". Pruebe, pruebe nuestra gama de perfumes. Sensual, ¿verdad? Una vez acicalado, debería usted pasar al siguiente corredor: ropas y vestidos de todas las marcas del mundo. Las exclusivas, eso sí, solo aquellas que cuestan más de cualquier cantidad razonable, ¿quién querría adquirirlas si no? A la izquierda, complementos, todo tipo de joyas y accesorios que pueda imaginar. Un poco más adelante (continúe, continúe), nuestra selección de automóviles: familiares, de empresa, de ciudad, todoterrenos, ¡tenemos lo que usted desea! Objetos de decoración, al fondo y a la izquierda. Relojes, todo recto. No necesita nada más, nada más. Todo lo encontrará en nuestros centros comerciales. Villancicos en inglés veinticuatro horas al día, visitas guiadas a la casa de Papá Noel y proyección de películas navideñas en nuestras treinta y siete salas de cine. Visite nuestros centros comerciales, inúndese del espíritu de la Navidad.

viernes, 19 de diciembre de 2008

No lo pillo

Vamos a ver si me entero. Esto no se puede decir:

¡Explota zerdo! Algún día reventarás,
¡explota zerdo! tus tripas se esparcirán.


Por el contrario, esto sí:

Otra guerra ha empezado
esta vez es en tu ciudad
enemigo el de siempre
sabes bien con quien hay que acabar
Recuerda que en estas lides
no existe la piedad
todo vale todo se acepta
con tal de ganar

Lo primero es una cita de Soziedad Alkoholica, grupo punk español. Lo segundo es de Estirpe Imperial, grupo skin español. La cuestión es que por mucho que miro no veo cuál es la diferencia radical entre una letra y otra, la que hace que al primer grupo se le haya prohibido actuar en el Viña Rock y el segundo siga paseándose por los escenarios de media España.

El asunto lo ha iniciado, como no, la AVT, que entiende que versos como los citados demuestran que Soziedad Alkoholica “simpatiza con el entorno de ETA”, dado que menosprecian a las víctimas. A la Asociación no parece importarle que ya exista una sentencia sobre el mismo asunto, de la Audiencia Nacional, ratificada posteriormente por el Tribunal Supremo, que dice que las letras de sus canciones “no constituyen delito alguno”. Efectivamente, no hay ninguna clase de ley que impida cantar contra el sistema o, incluso, amenazarlo: se entiende que es un uso lícito de la libertad de expresión y por ello no constituye delito.

Lo cual no quita para que Esperanza Aguirre ya haya tomado cartas en el asunto: efectivamente, Soziedad Alkoholica no actuará en el Viña.

martes, 16 de diciembre de 2008

Y el que quiera entender, que entienda

Un mono parlante. Eso era, eso es lo que era, o como quieras decirlo. Parlaba, hablaba, vamos, y bien que lo hacía. No es que lo que dijera tuviera mucha... coherencia. ¿Se puede expresar así? Bueno, da igual. No es que lo que dijera tuviera mucha coherencia, más bien ninguna, pero al fin y al cabo estaba hablando. Hilvanaba frases, sí, palabras. Hasta darles, si no sentido en sí mismo, sí gramaticalmente. La sala entera lo observaba embobada. Parecía, parecía... me atrevo a decir que parecía una rueda de prensa, allí, en medio de la nada y con el simio hablando en el estrado. Gente entre el público (¿o debería decir audiencia?) abría la boca en un gesto de asombro e incredulidad que resultaba más chistoso aún, si esto es posible, que el animal aquél, chimpacé o lo que fuera.

Llegó un momento, a mitad del repertorio de sonidos (de palabras, bosquejos de razones, motivos injustificados) en que las personas que más lo eran de las allí presentes decidieron poner al mono a prueba. Al mono, a aquello, a... como quieras llamarlo. Sorprendentemente, el animal respondía a las preguntas planteadas. No es que la respuesta tuviera mucha relación con el interrogante propuesto, pero tampoco se puede pedir todo. Decidieron entonces llevar un poco más allá la prueba, y los señores que, de entre los de dentro de la sala, llevaban una cámara a cuestas, recibieron la orden de disparar los flashes. Qué divertido, el simio se estaba poniendo nervioso. Miraba a ambos lados con gesto inquieto, sonreía más de lo necesario, parlaba más confusamente incluso que antes. Flashes, flashes. Preguntas, preguntas. Flashes. Preguntas.

Qué divertido. Pero yo quiero divertirme más. Mucho más. ¿Qué pasaría...? ¿Qué pasaría si le tirara un zapato?

sábado, 13 de diciembre de 2008

Ciudad Micro

Bienvenidos, niños, a Micropolix. Como su nombre indica, es la ciudad de la gente pequeña, es decir, de vosotros. Por ello disponéis de 9.000 metros cuadrados a vuestra entera disposición, con todo tipo de servicios para que juguéis a ser mayores. Para empezar, la ciudad funciona como un mercado normal: al llegar se os entregarán cien eurix, y allí aprenderéis la primera lección, consistente en las virtudes del ahorro y del trabajo duro. Efectivamente, si queréis disfrutar en serio de vuestra estancia lo primero que deberéis hacer no es gastar ese dineral sino acudir a la oficina de empleo, donde seréis colocados en función de los huecos disponibles.

Una vez que os asignen un destino, tenéis que ir a trabajar, claro. Y ahí empieza la verdadera diversión. Podéis ser policías y mantener el orden, bomberos y apagar fuegos virtuales, oficinistas y resolver papeles importantes, reporteros y filmar todo lo que sucede en la villa, mecánicos y trabajar en talleres y así sucesivamente. Luego, cuando terminéis, podéis salir y, con el dinero duramente ganado, divertiros al contratar los múltiples servicios en que están trabajando vuestros amigos. Quizás entonces no os quede ya tiempo para eso, pero realmente cuando se pasa bien de verdad es currando. ¿Alguien lo duda?

Micrópolix, niños, es la mejor manera de entretenerse una tarde de invierno. Dejad a vuestros padres aparcados en la puerta y salid a vivir aventuras. Nunca más tendréis la oportunidad de sentir cómo es un trabajo alienante y para el que no estáis preparados. Nunca más podréis sentir cómo, al acabarse vuestro dinero, no podéis ser beneficiarios de bienes y servicios que os interesan. Pronto perderéis vuestra inocencia infantil que os hace ver cómo vuestros padres no llegan a fin de mes y descubriréis lo realmente perfecto que es el mundo.

¿Siniestro, verdad? Pues se ha inaugurado hoy en Madrid.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Quién sabrá dónde te escondes

Te levantas a las 7 en punto, cuando las voces de señores que discuten sobre temas intranscendentales inundan tu cuarto. Pareciera que, en el universo de la radio, nunca fuera temprano. A veces, días trasnochados o noches trasvividas, has probado a encender el aparato a horas insospechadas, para comprobar que ahí siguen ellos, personajes serios que hablan de nimiedades con el tono profundo que da la autosuficiencia moral. Te incorporas en la cama. Al lado, alguien duerme. Ni te molestas en mirarlo. Rutina.

El agua caliente te quema la piel. Sales de la ducha y, todavía en proceso de despertar, atinas a encajar las distintas partes de tu cuerpo en los maltejidos agujeros de las prendas de vestir. Te dirijes a la cocina. Por el camino, te cruzas con las estanterías repletas de portarretranos, vacíos algunos de contenido, otros simplemente de significado. En algunas lejas destacan las figuritas que coleccionaste durante un tiempo, muñecos de porcelana de las más diversas formas. El resto, vacías. Alguna revista, jarrones con flores, sí, pero poca cosa más.

Libros. ¿Dónde están los libros? Antes los tenías, por decenas, por cientos, por miles, encima de las mesas, sujetando puertas, tirados por los rincones, formando pilas en el suelo, debajo de la cama, metidos en los cajones. Allá donde miraras, había un libro, ¿recuerdas? Llegaste a sujetar tablones con ladrillos a modo de armatoste para poder amontonarlos encima. Soñabas con que llegara la noche para poder irte a la cama con uno de ellos. Ahora, ¿qué ha sido de eso?

El olor que desprende la cafetera te quita cualquier otro pensamiento de la cabeza. Es suíza, comprada por encargo. Dicen que produce los sabores más exquisitos. Tú, la verdad, nunca te has parado a pensarlo. Apuras los últimos sorbos, tecleas unos números en el panel de la alarma central, coges las llaves del coche, y sales de casa. Deslizas los dedos por el volante de cuero. La autopista está hoy más colapsada que de costumbre, para cuando llegas al centor ya se han hecho las 10. Al fin y al cabo, da igual, nadie va a decirte nada. Cerrarás la puerta del despacho, te quitarás el abrigo, después los guantes, la bufanda, te sentarás, mirarás por la ventana, abrirás la bandeja de tu correo electrónico, harás un par de llamadas, encargarás la comida, se hará de noche. Te irás a casa. Allí no habrá nadie, claro, solo te esperará la cena. Ordenarás los papeles y te dijirirás a tu cuarto.

Pero el pasillo, en el pasillo... No puedes evitar mirar las estanterías. Tan llenas y tan vacías. Libros... ¿qué fue de ti?

¿Y quién te mandó recordar? A aquél jovel charlatán, emprendedor, con ganas de saber, de conocer, de comprender, de viajar, de explorar, de vivir, de amar, de sentir. Al chaval que entró en la facultad comiéndose el mundo, envalentonado, orgulloso... y tremendamente digno. A aquél que se pateó el mundo de arriba a abajo, soñando con cambiar una de cada dos cosas que veía. A quien se acurrucaba entre tomos y publicaciones, y decidió darle la espalda a eso para tener más, mucho más, para ser... ¿feliz?


Dime, ¿de verdad te merece la pena vivir así?

domingo, 7 de diciembre de 2008

Manifiesto fundacional

Ayer, 6 de diciembre de 2008, sucedieron dos cosas. La primera, cumplí años. La segunda, se celebró el 30 aniversario del referéndum que aprobó la Constitución. Por mi cumpleaños recibí un bolígrafo en el que pone “Micro” y una pluma en la que pone “Andy”, un reno Renardo pequeñito, un cómic de una tía en bikini... y este blog, regalo de mi colega Shaynne. Por su cumpleaños, la Constitución recibió un cobarde atentado terrorista, un acto en el Congreso de los Diputados al que no fue ni el tato, un grito que le deseaba la muerte al Borbón y peticiones de reforma. Sinceramente, creo que prefiero los míos.

El proyecto de hacer un blog con Shaynne trata desde hace, lo menos, dos o tres semanas. Ante la inevitable muerte de Fotolog, plataforma en la que ella y yo solemos colgar nuestros textos, más políticos los míos, más literarios los suyos, decidimos que ya era hora de pasarnos a un formato más serio. El nuestro será un blog argumentado, prudente y razonable, con vocación de continuidad y de generación de polémica. Para fomentar la participación no se moderarán los comentarios.

¿Cuál es nuestro objetivo? Simplemente dialogar, compartir, criticar, razonar, pensar, formarnos y formar opinión. Tener una ventana desde la que comunicar al mundo nuestras ideas, pensamientos y sentimientos más viscerales y profundos. No es más. Por ello, aspiramos a conseguir lectores y prometemos responder a los comentarios. Hay que tener muy claro que este blog lo hacemos dos, pero es de todos.

Este es nuestro manifiesto fundacional. Así somos y así funcionaremos. Por ello, ya para terminar, simplemente quiero entroncar con el espíritu del el día de ayer diciendo: Marchemos francamente, y yo el primero, por la senda bloguera.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Tercera Parte

Has llegado, pues, a la parte final de tu regalo. Si no estás dentro ya, pulsa, arriba a la derecha, Acceder. Supongo que, al ver el link, ya te habrías imaginado algo... digamos que mi clase de historia me dio la idea, y no me podrás negar que no mola el título XD Si investigas un poco por tu perfil, verás que eres administrador, por lo que, si se te ocurren mejores colores, formatos de letras, o cualquier otra pollada, te invito a cambiarlo XD

Aquí está lo que propusiste, en una de nuestras conversaciones. Trabajemos juntos, pues.

Esta entrada, a modo de introducción... las siguientes, para darle vida al blog.

Un beso enorme.