lunes, 2 de marzo de 2009

Un mundo sin dolor, sin amor, ni imaginación


La esperanza vana del comercio vacuo. Todo se ha convertido en un sucio remolino de pasiones enredadas. Ya nadie sabe quién es ni qué quiere, ni se lo plantea incluso. Para qué, si la sociedad te lo ofrece todo masticado, a modo de papilla ingerida y luego devuelta al exterior. El mundo es feliz y tan solo le interesa demostrar lo mucho que se divierte. Luces de neón de todos los colores alumbran las calles. Hay muchos viandantes fuera, negociando con las mujeres semidesnudas de las esquinas o regateando el precio de la fruta en las aceras. Todo se regatea, todo se compravende. Un día se apagará el Sol y ellos adquirirán uno nuevo por apenas unos millones de euros.

Las terrazas de los chiringuitos de encuentran atestadas de familias sonrientes, de esas con dos hijos y un perro. Recuerdan su nuevo coche con asientos tapizados y mando a distancia para el equipo de sonido y su sonrisa se hace aun más amplia. En la playa, los niños hacen castillos de arena. Luego las olas vendrán a destruírlos, pero ellos ya no estarán allí para verlo. Todo es fugaz, nada existe en el tiempo. Semana tras semana un nuevo superéxito musical es lanzado al mercado. Llenan los pabellones en sus conciertos con índices de asistencia históricos, y enseguida se retiran a las tinieblas para dar paso a la siguiente estrella. En un mes, nadie se acordará de sus nombres.


Y allí está ella. Semidesnuda como cualquier otra, pero con el deseo de triunfar para siempre. Qué disparate. La pobre ilusa no quiere follarse a un productor de televisión privada para entregar los premios en un concurso de azar. No quiere colarse en la última megaproducción de cine porno a base de "tener contactos". Ella quiere hacer arte. Está cansada de escuchar algo que no es música y de contemplar garabatos que distan de ser pintura. Harta de no encontrar un buen libro que leer. Ella quiere hacer belleza.



~Nunca perseguí la gloria, siempre, en cambio, la memoria.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es muy bonito el texto y creo que expresa una realidad bastante cierta, pero creo que hay una salida al problema de la muchacha aunque no la conozca. Y afirmo soberanamente que con un pequeño puñado de hechos bien hechos se podría cambiar el mundo

Vidadebohemia dijo...

Totalmente. ¿Propuestas, soluciones? Bueno, por un lado, la legalización, solo de ese modo van a tener derechos y se va a poder acabar con las mafias. Y por otro... imaginación. Imaginación es lo que le falta al ser humano.

Pigonna dijo...

Hola chicos, supongo que ya sabeis quien soy, pues nada, pasaros por mi blog que tengo un premio para vosotros dos :p
http://pigonna.blogspot.com/2009/03/premio-al-blog-amigable.html