miércoles, 6 de mayo de 2009

Rudie can't fail

No, desde luego ahora no. Nada más de eso. Fin. Se acabó.

Hace tiempo que las calles de Londres dejaron de estar mojadas, que se rompieron las cadenas y que se volvieron a soldar. Ahora llueve de nuevo, con ese ritmo lento y triste que tiene siempre la ciudad. Se han olvidado de que existimos. Los niños pisan los charcos, no protestan, asienten en silencio. Las señoras gastadas arrastran pesados y elegantes paraguas por las aceras. Las ventanas, cerradas a cal y canto, no son sino la negación de la realidad.

Hoy estoy cansado. Hace días que me cuerpo se pudre en el colchón, a tu lado. Las botellas de cerveza vacías se acumulan en la habitación. No me apetece salir a ver el mundo, no quiero darme cuenta de en qué nos hemos convertido. Solo quiero estar aquí, inmerso en el aire insano fruto de toses y suspiros, decrépito junto a ti.

En la mesa hay algo de fruta. Unas manzanas, creo. Lástima que ya no puedas hacer compota, nunca se me han ido las ganas de volv
er a probarla. En el perchero del fondo ondea tu abrigo, ése marrón con manchas blancas. Me acuerdo que lo decoraste pintando paredes. No sé qué habrá sido de esos gritos de libertad, qué será de ellos ahora. Solo recuerdo las palabras, los besos, los llantos. Las letras brillantes, retadoras, robadas a un muro negro como el tizón. Y que llovía. Como siempre, ese día también llovía...

A veces me acuerdo de las burlas, de los insultos. De las risas cuando dijiste que no te importaba, que lo intentarías. Mi reina. Me dijeron tonto por escucharte, por creerte, por hacerte caso. Y ya ves, el tiempo les hizo la contra. Es lo que suele pasar, el tiempo siempre hace la contra.

Hace un año, estábamos los dos haciendo planes y pintando mapas. Nos llenábamos la boca de espasmos, las manos de sueños. Éramos tan jóvenes que pareciera que hayan pasado diez años. Ahora nadie sueña. Las cadenas se han vuelto a soldar, y tu sonrisa nunca más volverá a iluminar ese mundo de luchas y contradiciones. Las calle
s, muertas de angustia, contemplan el ir y venir de las gentes. Saben que no tienen ninguna meta.

Y Londres tan vacía, tan vacía y tan llena... Siento que me reduzco a la nada y que estoy relleno de demasiadas cosas como para desaparecer lo suficientemente rápido. Cuando todo esto acabé, no sé dónde iré. No sé si hay un solo sitio al que pueda ir. Rudie me la trajo ayer, ¿sabes? Probablemente acabe haciéndolo, no creo que tenga otra opción. Tú descansa, pequeña, descansa y alza el puño. Eres fuerte, siempre lo has sido. Que esa fuerza no cese cuando tu corazón se detenga.

Hoy estoy cansado, demasiado cansado. Quizá soñamos demasiado, quizá intentamos volar demasiado alto. El caso es que las horas se suceden sin que los días se dignen a repetirse. Y sé que te están buscando, amor, sé que lo hacen. Me lo dijiste aquella vez en el metro, poco antes del disparo. Yo ya sabía que te buscaban. Sé que lo siguen haciendo. Mi amor, Londres calla, Londres duerme, silenciosa y muda como una amante fiel.

Mi amor, la gente me está esperando. Tengo que irme. Recuerda siempre la vida como lo que es. Ese grito profundo que nos impulsa a seguir adelante. No cambies nunca y no te preocupes por mí. Esta vez no. Rudie can't fail.

3 comentarios:

Vimes dijo...

Y Londres vacía...

Qué revolucionario :P

Vidadebohemia dijo...

Hay historia detrás de eso (no sé si real o no, pero no es eso lo que importa). Te doy un premio si adivinas el contexto situacional (has visto, el vocabulario que tengo XD) del "diálogo"

Vidadebohemia dijo...

Por cierto, para el que se haya fijado en ello: sí, TENEMOS PROBLEMAS CON EL REPRODUCTOR DE MÚSICA ¬¬

No me deja configurarlo correctamente, así que habrá que aguantas un tiempo a ver qué pasa