viernes, 10 de abril de 2009

¡Ahí va, qué cirio!


Oye, y parece que no, pero es Semana Santa. Digo que parece que no porque –y esto es ironía- no nos están dando una brasa increíble con pasos, señores vestidos de morado, lazos blancos, personas cantando saetas, obispos dando salidas de pata de banco, gente no creyente que carga pasos a saber por qué, miradas horrorizadas cuando uno dice que esos espectáculos le aburren y demás vainas propias de estas fechas.

Y, por supuesto, siempre tienen que salir los gilipollas. No me refiero a la Iglesia y a su maravillosa campaña de lazos blancos en procesiones sino a pequeños grupos de gente, autodenominada de izquierdas, que afirma que deberían prohibirse estos circos. A lo cual yo me pregunto, ¿por qué? Es decir, la libertad de cultos está protegida en el artículo 16 de nuestra Constitución, y es obvio que el Estado debe proteger todos los ritos de cada culto porque si no el derecho no es efectivo. Pero es que además cargar una imagen religiosa está, a su vez, amparado por otra libertad, la de reunión, recogida claramente en el artículo 21.

Sería un atentado gravísimo contra los derechos fundamentales prohibir esas procesiones, por mucho que algunas de las cofradías hayan decidido colocarse lazos blancos en señal de protesta –por otro lado perfectamente válida y legítima, aún más atendiendo a lo delicado del asunto- por la reforma de la Ley del Aborto. Así pues: prohibir las procesiones no, antes bien, protegerlas.

Pero, y esto también hay que tenerlo muy claro, aquí se acaban los deberes del Estado respecto de las cofradías. Así, sigo estando en contra de que se las subvencione (se subvenciona a la Iglesia, ¿no? Pues eso) y por supuesto abogo totalmente por la inmediata disolución de las cofradías de personas que trabajan para el Estado, es decir, las que están formadas por una determinada unidad de trabajo –brigadas, escuadrones, regimientos... no sé cómo se llaman- del Ejército o de la Guardia Civil. Si esas personas, en su vida privada, quieren montar una cofradía, estupendo, están en su derecho. Pero que vayan como representantes del Estado a cargar una imagen, que mientras lo están haciendo suene el Himno Nacional –es decir, el himno constitucional de un país que agrupa a personas con decenas de sensibilidades morales diferentes- y que los compañeros que se niegan o que directamente lo impugnan es totalmente contrario a la separación entre Iglesia y Estado que, se supone, consagra nuestra Constitución.

4 comentarios:

c dijo...

Ya estuve hablando contigo sobre esto, de modo que conoces mi opinión al respecto. Así, sabes que comparto algunas de tus ideas, exceptuando aquellas sobre el aburrimiento y demás, con las que sabes que discrepo totalmente.
Te comenté que tampoco me parece bien que se hagan grupos de trabajadores cofrades (si así puede llamarse), ya que, como has mencionado, y creo que es correcto, es algo que debe ser privado.

Un saludo!

Vidadebohemia dijo...

Separación de la semana de celebraciones religiosas de la semana de fiestas escolares, eso es lo que hace falta. Y punto XD

c dijo...

¿Entonces, aquellos escolares religiosos tienen el doble de vacaciones o cómo?

Coito ergo sum dijo...

No creo que las procesiones molesten más que una manifestación y como bien dice vimes es un derecho asíque o le veo nada de malo